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Somos un grupo de estudiantes integrados por 5 personas Elizabeth Martinez, Marta Morales, Miguel Angel Torres, Yesi Lizeth Bravo y Heidy Llanos; aprendices del programa de formación tecnólogo en Gestión de Mercados. Quienes decidimos crear este blogs para dar a conocer nuestro proyecto de formación e incentivar a la sociedad respecto al cuidado, higiene y bienestar de las mascotas.

jueves, 26 de abril de 2012

Cirugías plásticas para perros: cuestión de reinas

Un concurso canino es un reinado de belleza. Para muchos criadores tener un perro hermoso es como tener una hija hermosa: uno quiere que todo el mundo la vea y desde que nace la prepara para ser reina. Lo mismo pasa con los perros. Tener un perro que puede llegar a ser Best in Show ‒el perro top del concurso‒ es, entonces, tener una candidata a la que hay que cultivar para que se lleve la corona. Se invierte en cuidados, entrenadores, paseadores, presentadores, champús, cremas, lacas y hasta en cirugías estéticas.
En Europa y Estados Unidos lo prohíben, pero en Colombia algunos veterinarios se han dedicado a estudiar las características estéticas de cada raza para corregir aquello que no se ve bien. Un pelo muy esponjado en un chow chow, unas orejas muy triangulares y paradas en un gran danés, una arruga muy marcada en un bulldog, una cola bien enroscada en un pug. El lugar es un consultorio veterinario como cualquier otro. La doctora usa un uniforme con huesos y perritos. Al fondo hay una puerta: la sala de cirugías, que como tantas otras donde hacen reinas, es una sala de embellecimiento.
Para quienes practican las cirugías estéticas de perros se trata de una cuestión cultural, “uno se acostumbró a que el bulldog es arrugado, chato y gordito, eso es lo único que uno quiere ver. Uno busca lo más bonito así traiga problemas”, dice una veterinaria. A pesar de que algunas cirugías terminan por afectar al animal y provocar por ejemplo, la existencia de perras que ya no pueden parir sin cesárea o perros que no pueden respirar bien, muchos prefieren que sean los más hermosos, los numero uno. “El problema es que entre más se marcan los rasgos estéticos de una raza, es mas difícil vivir”. Por esto, es que pese a que en teoría en los concursos colombianos una cirugía estética no suma ni resta, dependiendo del jurado, esto puede terminar afectando el puntaje. Así que además de embellecer a “la reina”, el cirujano debe tratar de ocultar el uso del bisturí.

Primero fueron las mutilaciones de orejas y colas, en apariencia normales y admitidas por la sociedad casi como una necesidad médica. Algunas las cortan desde el nacimiento o durante los primeros días, otras son reconstrucciones de operaciones mal hechas. Un perro no puede ganar un concurso con una oreja más larga que la otra. Después vendrían muchas más intervenciones, algunas también desde el nacimiento, otras durante la vida para corregir deformaciones producto de malos hábitos. El quinto dedo, por ejemplo, es una de las mutilaciones que se hace al nacer, por razones estéticas y médicas. Todo el mundo quiere que su perro tenga unas “patas de palo, rectas. El quinto dedo lo impide, sobra”, dice la veterinaria. Hay quienes dicen que en la evolución canina este dedo tiende a desaparecer.
Están también los perros con ojos tristes. Los que se les mete el párpado con todo y pestañas hacia adentro o hacia afuera porque así es su raza, o porque perdieron mucho peso en poco tiempo. Algo así como una estría. El nombre se conoce como entropión y ectropión, y se puede corregir con cirugía o con unas novedosas espigas de nylon, que también usan las mujeres, y que sirven para estirar la piel. El tratamiento con espigas es el más costoso de todos; se hace sin cirugía, sólo se mete la espiga de forma subcutánea para estirar. Esta operación es todo un arte y es la salvación a muchos perros que por padecer la enfermedad del parpado no pueden concursar. Detectar una cirugía con espiga es imposible, por eso es la ideal.
También se refuerzan arrugas con el mismo acido hialurónico que las mujeres se las borran. El tratamiento es invertido, el líquido se inyecta para que se quede adentro y marque la arruga. Hay quienes acuden al consultorio para que le hagan a su perro arrugas, porque nació liso a pesar de que su raza es arrugada. El ácido también se usa para rellenar huecos que deja un golpe en el músculo, para moldearlo. Para las colas rebeldes también hay tratamiento. Hay razas que deben enroscar la cola sobre el lomo y a veces les queda una media luna. Para corregir esto se le disminuye fuerza a la parte de la cola que hace contrapeso. También se reducen cicatrices, sobre todo si son en el lado izquierdo, que es el lado del perro que ve el jurado. Un mordisco en el lado izquierdo es una verdadera tragedia.

A todo esto se suma la preparación para el concurso y los cuidados diarios que hay que tener. Un perro de concurso no lleva una vida normal. Viven aislados en alojamientos de piso blando para evitar los callos. Sus casitas están por encima del nivel del piso, sobre una reja para que todo lo que sobra caiga abajo. Duermen en cama de madera con colchón y cobija. Los de pelo largo viven además aislados del polvo, la tierra y el barro. Comen dos veces al día y pasean otras dos, entre 1.5 y 3 kilómetros, según la raza. Se levantan a las 9.00 a. m. y se acuestan a las 6.00 p. m. Comen pollo con espinaca y zanahoria, y sardinas en aceite de oliva con omega 3 y 6 una vez a la semana. Se trata de una nueva forma de alimentación denominada “dieta barf”, que busca volver a la comida natural. Son carnívoros. Tienen que comer carne.
Los perros que caminan por la ciudad con otros perros, o montados en bus que los lleva al lugar de entrenamiento o colegio canino, no son perros de concurso. Esos no se juntan con otros perros y menos con otras razas. Algunos perros de concurso tienen escolta y chofer, porque hace algunos años estuvo de moda el robo de estos animales. Cada uno tiene su propio entrenador, que según la necesidad los puede entrenar para el concurso y para que sean obedientes, o para mejorar su estado físico con gimnasia, ejercicios en una caminador ‒como el que usan las personas‒ o con clases de natación.
Al final está el grooming ‒el arreglo del pelo y uñas‒, el arte de arreglar el perro de acuerdo a la raza. Jamás deben tener uñas largas, por salud y por estética, esto puede generar deformación y un descuido de corte de uñas puede conducir a una cirugía con anestesia general. El pelo debe estar limpio y con un color definido; por eso hay champús para pelo negro, mono, café, grasoso, liso, rizado. Hay lacas, cremas y gels, tratamientos de hidratación, enjuagues para reforzar color de forma temporal e incluso tinturas permanentes.

¿Cuanto vale tener un perro de concurso?
Comprarlo puede costar entre cinco mil y treinta mil dólares. El precio varía de acuerdo al pedigrí, la raza y el origen. Si sus abuelos y padres son campeones es más costoso. El cuidado mensual puede llegar a $1’000.000. El entrenador puede cobrar $300.000 mensuales por dedicarle dos horas cada tres días. Quien lo muestra en el concurso puede cobrar entre $50.000 y $1.000.000 si el perro es Best in Show y los perros de concurso asisten a dos por mes: uno en Bogotá y uno por fuera, en las principales ciudades. A veces lo lleva el dueño, a veces el entrenador.
La cirugía más costosa es la cesárea, que puede valer hasta $800.000, siguen las cirugías con espiga que están entre $300.000 y $400.000 y las de cola y orejas entre $150.000 y $250.000
Tener un perro de concurso es, en definitiva, tener una reinita.

http://www.kienyke.com/2011/04/09/cirugias-plasticas-para-perros-cuestion-de-reinas/

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